Por pie de riesgo se entiende aquel que sin presentar lesiones abiertas o con tendencia a la ulceración e infección es susceptible de sufrirlas y padecerlas, ya sea por la presencia de alteraciones anatómicas o funcionales o porque las enfermedades asociadas que tenga el paciente favorecen su desarrollo.
Las enfermedades asociadas que más incidencia tienen en la aparición de este tipo de lesiones son:
- Diabetes
- Enfermedades vasculares
- Enfermedades neurológicas
- Enfermedades reumáticas
En este tipo de pacientes es muy importante el factor de prevención, por lo que se deben tomar medidas para evitar situaciones que desemboquen en un verdadero problema. A continuación explico cuales:
- Evitar la humedad en el pie, no usar calzado que favorezca la sudoración ni mantener el pie expuesto en piscinas o zonas que favorezcan un largo periodo en remojo de éste.
- Mantener una higiene óptima, con esto evitaremos infecciones y problemas de sudoración que favorezcan otras cosas.
- Corte adecuado de las uñas, esta es una manera de evitar que las uñas se claven y lo que esto conlleva.
- Por falta de sensibilidad asociada a estas enfermedades, evitar fuentes de calor peligrosas que puedan ocasionar quemaduras, nunca caliente sus pies con una fuente de calor como braseros o radiadores.
- Por la misma razón que en el apartado anterior, no caminar descalzo para prevenir cortes o pinchazos.
Una vez explicados los factores de prevención voy a pasar a describir los cuidados generales que se deben tener en este tipo de pacientes.
- Observación y valoración diaria, de esta manera si tenemos alguna herida podremos evitar su evolución.
- Lavarse los pies diariamente con agua templada y un jabón neutro. La duración del baño no debe ser mayor de 5 minutos, ya que puede reblandecerse la piel sana y producir maceración. Secarlos bien con una toalla suave, especialmente entre los dedos.
- Para suavizar la piel y mantenerla hidratada, se puede aplicar, después del secado, una crema emoliente mediante un masaje ligero. Nunca se debe aplicar crema entre los dedos. En personas con sudoración excesiva puede sustituirse esta medida por la aplicación de una solución alcohólica de cloruro de aluminio. Evitar el uso de cremas irritantes o abrasivas, talcos, aerosoles.
- Los calcetines deben cambiarse a diario, no deben apretar y preferentemente deben ser de fibras naturales (algodón o lana), al igual que es muy recomendable evitar calcetines con costuras, ya que pueden hacer rozaduras sin darnos cuenta. En el etiquetado se debe comprobar que los textiles no contengan sustancias perjudiciales para la salud.
- El calzado tiene que ser transpirable (de piel) y adecuado al tipo de actividad que vaya a realizar. Debe ser ancho, cómodo, que proteja de los pequeños traumatismos Se ha de inspeccionar su interior antes de calzarse, en busca de piedrecitas o de cualquier irregularidad. Preferiblemente con cordones, suela antideslizante, puntera cuadrada y alta para evitar el roce y un contrafuerte semirrígido.
- Examinar los pies detalladamente todos los días (durezas, callosidades, grietas, heridas). Todo esto debe ser tratado por un Podólogo, en NINGÚN caso utilice pomadas o parches callicidas, al igual que no debe emplear objetos cortantes como tijeras, hojas de afeitar, etc, para eliminar las durezas.
- No olvidar la vacunación antitetánica como prevención.
Por lo que es sumamente importante y recomendable tener en cuenta que si observa alguno de estos síntomas que a continuación voy a mencionar se debe acudir inmediatamente a un podólogo. No deje que evolucionen, ni retrase lo que se podría resolver rápidamente.
- Herida, lesión, hinchazón o deformidad.
- Aumento o disminución de la temperatura.
- Cambio de color.
- Pérdida de sensibilidad.
Margarita Gavilán Márquez.
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